Nacionalidad:EE.UU
Género: Documental
Idioma-Español
Año:2008
“¿Es el infierno un lugar físico, un estado de sufrimiento?…¿Existe?”, preguntas como esas y otras son contestadas desde diferentes perspectivas en este documental de History Channel. Veremos no solo cómo es el infierno para distintas religiones sino también testimonios de gente que afirma haberlo visitado e intentos de explicaciones racionales en que se invalida su existencia tal y como sucede en el caso del Psicoanálisis donde muchos afirman que es solo una construcción simbólica de dimensiones sociales que obedece a la necesidad de castigo derivada del sentimiento de culpa.
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Pero, opinando un poco... ¿Qué es lo que más rápidamente se colige de la instauración en las mentes sobre la existencia del infierno? Lo que más lógico nos parece es que una amenaza tan grande para nuestro destino último vino muy bien para intentar controlar el comportamiento del individuo y la acción del pueblo en el marco de la sociedad. Procurando que en las mentes de las personas venciese el terror al dios supremo en contubernio con reyes, dictadores y demás… por intermediación de las cúpulas eclesiásticas. Y, por tanto, el acatamiento al poder, siempre criminal. Terrorismo religioso al servicio del control social y del aniquilamiento del pensamiento reflexivo y libre. Pues implicaba a menudo que incluso salirse del corralón mental, aunque en principio no saliese de ahí, era un grave riesgo, pues dios todo lo sabía, y estaba en todas partes. Los teólogos y la iglesia pudieron definir que el arrepentimiento era absolutorio para no caer en las garras de Lucifer. Pero tal cosa implicaba desdecirse después y recogerse con el rebaño. Si no hubiese existido esa posibilidad de ‘perdón’ la gente se hubiese vuelto loca, y sabiéndose a merced de un dios tan implacable, ya condenado para siempre a freírse en algún lugar indeterminado, probablemente hubiese querido, sumamente indignada por pena tan grande ante delito tan leve, cortarle la cabeza al obispo. Quien no se arrepentía ni reculaba, la iglesia no esperaba siquiera al juicio de Dios… cuántos herejes ardieron en ‘piras santificadas’…
a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Los transgresores contra el poder terrenal tendrían lo suyo en el más allá. En el más acá, el Estado o Reino haría lo suyo, con un amén pronunciado en misa. Dios, con su infierno como un instrumento más para someter al sufrido pueblo hambriento o enrabietado. Si alguien no era fuerte ni podía dominar su propio pensamiento, ante la contradicción interna, a veces acababa en una mazmorra con grilletes, loco, y de él se decía que había sido poseído por el demonio. Todo quedaba en casa…
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