Una Ley de Memoria que se olvida de las víctimas

El pasado 2 de Diciembre la Confederación Nacional del Trabajo, la CNT, presentó varias alegaciones al anteproyecto de la Ley de Memoria Histórica.

Por experiencia, práctica e histórica, sabemos que poco podemos esperar de la política institucional pero, por responsabilidad, hemos analizado el texto del anteproyecto e introducido nuestras alegaciones. Las razones son dos: venimos de una larga travesía del desierto en cuestiones de Memoria -oficial, se entiende- y siempre será mejor que haya algún movimiento en su favor y, por otro lado, dejar constancia de la lucha y consecuciones de nuestros compañeras y compañeros anarcosindicalistas, no demócratas, sobre los que la Ley extiende un segundo olvido.

En realidad, se podrían resumir las alegaciones en una, a la totalidad, por la falta de ambición de la Ley y por estar ligada a un interés político que se centra en perpetuar el sistema que, sin ruptura con el Régimen de Franco, les permite recoger, a sus hijos políticos, incluidos los autodenominados progresistas, las migajas de un poder otorgado, que no arrebatado, a los fascistas.

A nivel jurídico se basa en unos valores democráticos específicos y en una institución democrática específica: los de la Transición española y de la Constitución de 1978; los cuales se repiten machaconamente durante todo el articulado. Una Constitución y una Transición emanadas directamente de un pacto ignominioso para las víctimas -de todo tipo- del franquismo. Solo hace falta mirar a nuestro alrededor para ver los déficits democráticos graves (lo dice la ONU, también) de este sistema.

En el caso de la Memoria Histórica, y de la justicia, eso nos lleva a la Ley de Amnistía del 1977. El primer paso para una verdadera Memoria y una verdadera justicia sería su derogación inmediata, cosa de la que ni se habla en esta Ley. Por tanto, toda reparación a las víctimas, es simbólica.

No nos vamos a parar aquí a exponer todo lo que de «corto», confuso y contradictorio tiene este anteproyecto, porque sería larguísimo, abarca casi todos los artículos. 

A vuela pluma, y eligiendo un poco al azar entre los temas, el sistema sancionador es un insulto a las víctimas (pasadas y futuras) del franquismo y el fascismo; la burocratización de los procesos es espectacular; el acceso a los archivos, cuanto menos confuso; la posibilidad de auto-organización de la sociedad civil, no visible o, como decíamos, la conversión de nuestros compañeros y compañeras de la CNT, que lucharon por la Revolución y la Justicia Social, convertidos en luchadores por unos valores democráticos que, en el caso del Estado español, las instituciones ni siquiera saben sanear en su propio campo. Fueron luchadores y luchadoras por una causa justa y con una ideología justa que no se debe menospreciar, obviar ni olvidar.

Concluimos que esta Ley de Memoria desmemoriada es incompleta e insuficiente, partiendo de que no se condena la sangrienta y cruel dictadura franquista, no se incluye el período de transición y primeros años de democracia donde los mismos verdugos del franquismo ostentaban cargos públicos, no denuncia la connivencia de la Iglesia Católica con el Régimen franquista y su participación en hechos aberrantes como el robo de bebés, entre otros, y, cómo no, sigue sin tocar la Ley de Amnistía del 77, hecha a medida del franquismo.

Tenemos demasiados cuerpos perdidos bajo tierra y poco tiempo que perder.

GRUPO DE TRABAJO DE MEMORIA HISTÓRICA DE CNT

Extraído de https://www.cnt.es/noticias/una-ley-de-memoria-que-se-olvida-de-las-victimas/

 

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